Informa La Gaceta de que en el programa La Noria, los coprófagos de Telecinco arremetieron contra Eduardo García Serrano, ridiculizando sus disculpas por lo dicho sobre la señora Geli, socialista catalanista cuya consejería se dedica a promocionar las actividades sexuales entre menores de edad.
Además, como el Pisuerga pasa por Valladolid, el Manzanares por Madrid, el río catalán que nace en tierras extrañas por Zaragoza -aunque les joda-, y los burros por la noria, aprovecharon para meterse con la Iglesia Católica.
De esta forma, doña Pilar Rahola aseguró que “los curas siempre han sido muy represores. Les decían a los niños: no te toques, no te toques, que te vas a quedar ciego”. Lo que viene a demostrar que la señora Rahola ha debido tener contacto suficientemente próximo con niños que le han comentado estas intimidades, es de suponer que una vez crecidos.
El presentador de La Noria, Jordi González, -que vaya apellido charnego para catalanista nombre- abundó en la misma idea: “No te toques, no te toques, que ya te toco yo”. Vale, él sabrá a quien le ha dicho esas cosas, o quien se las ha dicho, y cual es el resultado en su desarrollo profesional.
Y, por último, el más gracioso. ¿Se acuerdan ustedes de aquél Jorgito que iba siempre detrás de Fraga, tirándole de los faldones de la chaqueta a ver si chupaba rueda? Ese mismo: Jorge Verstrynge, una nulidad tan absoluta que hasta en el PP -AP entonces- lo echaron a patadas. Lo de este fulano es de traca, de psiquiátrico de guardia y de vergüenza ajena. O de una sin par desvergüenza propia, chaquetero con máster, tonto de baba, necio impertérrito, gilipollas máximo.
Este es el fulanito que allá en los primeros años de la Transición se acercaba -abrigazo largo con aires de SS- a la calle Goya para largar propaganda nazi y vender cuatro cositas del mismo estilo, llaveros, pegatinas, encendedores, cubiertos de esvásticas.
Pasó de ahí a la AP fraguista, y cuando lo echaron por inútil se acercó al socialismo. Como ni siquiera los sociatas, que tanta mercancía averiada han recibido siempre -véase el rojo Bermejo, el rojo Garzón, el rojo Roldán, el rojo Barrionuevo, el rojo Vera...- lo quisieron entre ellos, se pasó a la ultraizquierda, donde no le hicieron ni puñetero caso. Acabó siendo asesor del rojo Chávez; el venezolano, no confundir con el Chaves andalusí de cortijo y subvención a su niña.
Ahora parece que ha vuelto a los orígenes de pronazi y germanófilo, que le llevaron a poner nombres alemanes y simbólicos a sus vástagos, según comenta quien le conoció, que no es mi caso a Dios gracias.
Pues esta mariposita que revolotea entre múltiples capullos ideológicos, afirmó en la burrinoria telecinquera -en referencia a Eduardo García Serano- que: “Este señor no quiere que los jóvenes aprendan a masturbarse, prefieren que los profesores de la masturbación sigan estando en los confesonarios”.
Sin darse cuenta, el señorito Verstrynge dijo una gran verdad: que la prensa rosa y la prensa amarilla, las teles rosas y arcoiris, las leyes rojas y los tontos multicolores, han creado unas generaciones que hasta para lo más básico necesitan ayuda, seres necios que carecen hasta de los instintos de la especie y a los que hay que enseñar incluso a masturbarse.
Y aquí debe estar el problema de Jorgito Verstrynge, tan cortito que hasta lo más instintivo le resulta difícil y necesita que le enseñen.
¡Pobres animalicos de noria, camino sin principio ni fin, sin origen ni destino, panfletarios mamporreros!
Además, como el Pisuerga pasa por Valladolid, el Manzanares por Madrid, el río catalán que nace en tierras extrañas por Zaragoza -aunque les joda-, y los burros por la noria, aprovecharon para meterse con la Iglesia Católica.
De esta forma, doña Pilar Rahola aseguró que “los curas siempre han sido muy represores. Les decían a los niños: no te toques, no te toques, que te vas a quedar ciego”. Lo que viene a demostrar que la señora Rahola ha debido tener contacto suficientemente próximo con niños que le han comentado estas intimidades, es de suponer que una vez crecidos.
El presentador de La Noria, Jordi González, -que vaya apellido charnego para catalanista nombre- abundó en la misma idea: “No te toques, no te toques, que ya te toco yo”. Vale, él sabrá a quien le ha dicho esas cosas, o quien se las ha dicho, y cual es el resultado en su desarrollo profesional.
Y, por último, el más gracioso. ¿Se acuerdan ustedes de aquél Jorgito que iba siempre detrás de Fraga, tirándole de los faldones de la chaqueta a ver si chupaba rueda? Ese mismo: Jorge Verstrynge, una nulidad tan absoluta que hasta en el PP -AP entonces- lo echaron a patadas. Lo de este fulano es de traca, de psiquiátrico de guardia y de vergüenza ajena. O de una sin par desvergüenza propia, chaquetero con máster, tonto de baba, necio impertérrito, gilipollas máximo.
Este es el fulanito que allá en los primeros años de la Transición se acercaba -abrigazo largo con aires de SS- a la calle Goya para largar propaganda nazi y vender cuatro cositas del mismo estilo, llaveros, pegatinas, encendedores, cubiertos de esvásticas.
Pasó de ahí a la AP fraguista, y cuando lo echaron por inútil se acercó al socialismo. Como ni siquiera los sociatas, que tanta mercancía averiada han recibido siempre -véase el rojo Bermejo, el rojo Garzón, el rojo Roldán, el rojo Barrionuevo, el rojo Vera...- lo quisieron entre ellos, se pasó a la ultraizquierda, donde no le hicieron ni puñetero caso. Acabó siendo asesor del rojo Chávez; el venezolano, no confundir con el Chaves andalusí de cortijo y subvención a su niña.
Ahora parece que ha vuelto a los orígenes de pronazi y germanófilo, que le llevaron a poner nombres alemanes y simbólicos a sus vástagos, según comenta quien le conoció, que no es mi caso a Dios gracias.
Pues esta mariposita que revolotea entre múltiples capullos ideológicos, afirmó en la burrinoria telecinquera -en referencia a Eduardo García Serano- que: “Este señor no quiere que los jóvenes aprendan a masturbarse, prefieren que los profesores de la masturbación sigan estando en los confesonarios”.
Sin darse cuenta, el señorito Verstrynge dijo una gran verdad: que la prensa rosa y la prensa amarilla, las teles rosas y arcoiris, las leyes rojas y los tontos multicolores, han creado unas generaciones que hasta para lo más básico necesitan ayuda, seres necios que carecen hasta de los instintos de la especie y a los que hay que enseñar incluso a masturbarse.
Y aquí debe estar el problema de Jorgito Verstrynge, tan cortito que hasta lo más instintivo le resulta difícil y necesita que le enseñen.
¡Pobres animalicos de noria, camino sin principio ni fin, sin origen ni destino, panfletarios mamporreros!
1 comentario:
es una auténtica basura eso con lo que intentan adoctrinar a nuestros hijos, la corrupción de menores en la escuela y financiada por los poderes públicos...y lo que ya es de traca es que la Pompadour chille cual damisela ultrajada por un exceso verbal a cuenta de tamaña barbaridad...las disculpas le honran, pero creo que también se ha excedido en las mismas..los demás esperaremos-mejor tumbados- que los profesionales del insulto y de la infamia hagan lo propio...
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