Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 22 de enero de 2010

SOBRE NO HABLAR DEL PASADO.

Lo cuenta literalmente La Gaceta:
Chaves se encontraba relajado presentando en este último municipio un Plan Estratégico para la zona, cuando se topó con la pregunta de este diario.
“Señor Chaves, ¿qué opina de las voces que han pedido su dimisión por haber favorecido a la empresa Matsa cuando ésta se encontraba en suspensión de pagos y por haber firmado contratos de cinco millones de euros de euros con la empresa Telvent?”. Silencio sepulcral en la Casa de la Cultura de Parla. Cariacontecido y con actitud contrariada, el vicepresidente reaccionó: “Sé que eso ha salido en un medio de comunicación, pero permítame que no responda. No voy a contestar a quien quiere resucitar cosas del pasado. Ya contesté en su momento y no voy a hacerlo ahora”.
Bien, señor -o lo que sea- Chaves. Lo que quisiera saber, es cómo se apaña para ser Vicepresidente del Gobierno, sin hablarse con el Presidente Rodríguez, quien muestra una enfermiza obsesión no sólo por hablar del pasado, sino por reinventárselo incluso por Ley, por hacer que el futuro se parezca cada vez más al pasado, y por repetirlo a ver si en esta ocasión le sale a su gusto.

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