Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 12 de octubre de 2024

SOBRE OTRO AÑO.

Un año más -y ya van 36- sin Rafael.


Rafael es -evidentemente, y más en este día-, Rafael García Serrano, cosa que cualquiera habrá adivinado sin necesidad de más pistas. Al menos, cualquiera que sea español de bien, aficionado a las buenas letras, amigo del humor fino y las verdades recias.

Rafael García Serrano es -sigue siendo- el mejor escritor en lengua española de todos los tiempos, con permiso de don Miguel y de don Francisco, los dos gigantes de las letras hispanas. Aclarado para camaradas y amigos despistados: Cervantes y Quevedo. Para el resto, toda aclaración es insuficiente, y no tengo hoy el día para desasnar percebes.

Otros años, Rafael, te he contado las aberraciones de la actualidad, las canalladas que sacuden a esto que ya no es España, porque me niego a pensar que pueda ser España esta mezcla de desvergüenza y cobardía, de podredumbre y falsedad, de ilegalidad y estulticia. 

Fíjate, Rafael: este año, el cura Paco ha recibido al canalla Perico, y se habrán reído de los tontos que les siguen a ambos, y el cura Paco habrá callado sobre la persecución religiosa que los católicos padecemos en estepaís, y el sinvergüenza Perico habrá obtenido la bendición del hereje para seguir destruyendo la mayor obra humana alzada a la mayor Gloria de Dios, en Cuelgamuros.

Otros años, Rafael, te he contado sobre esta sociedad aberrante, suicida y esperpéntica. Pero hoy no. Hoy sólo quiero decirte que te echamos de menos -¡cada vez más!-, y pedirte que, desde ahí, desde tu Lucero, nos eches una manita.

Siempre ¡presente!, Rafael.


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