Disculpe, señor fiscal, pero antes de empapelarme le ruego que compruebe, en el artículo a que esta entrada hace referencia, que no soy yo -carca, facha, ultra y todo eso- quien llama así a los simpáticos energúmenos que han convertido un asesinato inmundo en un reclamo publicitario. Son ellos lo que lo dicen, muy orgullosos -dicho sea con segundas, evidentemente- y muy aborregados en su seguidismo de la ultraizquierda.
Una izquierda que, en esa IIª República cuyo regreso anhelan, les enchiqueraba en campos de concentración bajo la Ley de Vagos y Maleantes de su adorado Manuel Azaña, todo sea dicho.
En fin, si el señor fiscal y si alguna persona de bien quiero enterarse de por qué digo todo esto, puede ir a mi artículo en El Correo de España.
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