Todos los que decían que iban a terminar con el fascismo, que la izquierda barrería a la ultraderecha -porque la ultra siempre es derecha, evidentemente; la izquierda sólo es progresista y moderada-, deberían, caso de tener vergüenza, de ocultarse para los restos a la mirada de los que sufrieron su bombardeo de mala baba, de reptiliano veneno y de idiotez avanzada.
Por supuesto, no lo harán: seguirán esparciendo su odio, su rencor, su desfachatez y su inutilidad. Pero, si gustan, pueden leer mi opinión sobre algunas frases de los -Zapatero dixit- rojos, en El Correo de España.
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