A los cuates de Perico el de los palotes le ha sentado mal que una empresa puntera española haya decidido largarse con viento fresco -o mejor dicho, mandar a Sánchez a tomar viento, que es otra cosa- y mudarse a lo que siempre ha sido Holanda, y ahora llaman Países Bajos, ellos sabrán por qué.
Les ha sentado tan mal, que echan en cara de Ferrovial que se ha beneficiado de las obras públicas. Y como quiera que los contratos públicos están perfectamente definidos en la legislación vigente, uno no tiene más remedio que preguntarse si es que los sucesivos Gobiernos han concedido esas obras públicas a que aluden sin respetar la Ley, lo cual sería un caso evidente de prevaricación.
Si quieren leer mi razonamiento más por extenso, lo pueden hacer en ÑTV España.
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