Que, como cualquier persona medianamente culta sabe, es el nombre definitorio de las milicianotas prostibularias -las mismas protegidas de la pasionaria que el jefe del Quinto Regimiento, Castro, expulsó de esa unidad típicamente comunista "por putas"- que achuchaban a los milicianitos lejos del frente. En el frente los milicianitos bastante tenían con salir corriendo con el rabo entre las patas. Y a veces, dejándoselo atrás.
Sentado el término en su justo lugar gracias a un jefe comunista -en razón de lo cual espero que el señor fiscal de guardia (y también el censor de feisbú), no la tomen conmigo- díganme si no corresponde en plenitud a las pijoprogres que claman contra el cumplimiento la sentencia judicial que obliga a restituir su nombre a la calle del General Millán Astray.
Si gustan, vean mis razones en El Correo de España.
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