Estatuto de autonomía de Cataluña, evidentemente, que fuera de tres o cuatro detallitos de nada ha quedado en pleno vigor, digan lo que digan los chupatintas políticos y los cazurros aldeanos, que si ni siquiera saben lo que dicen o lo que piensan.
Como ejemplo, las declaraciones del charnego Montilla que, en declaración institucional -recoge La Gaceta-, dijo que el estatuto "sigue vigente y ha sido declarado constitucional, al contrario de lo que consideró el PP al recurrirlo".
Es decir, que entiende el señor Montilla que el recurso de inconstitucionalidad -el del PP y el del Defensor del Pueblo, no lo olvidemos- han sido desestimados; a pesar de lo cual se ha mostrado "indignado" tras conocerse la sentencia del Tribunal Constitucional (...) y ha convocado a la ciudadanía a una manifestación unitaria en defensa del autogobierno catalán.
Por otra parte, los aldeanos más cazurros, -esto es los de ERC-, han afirmado en palabras de su paleto mayor, Joan Puigcercós, que iniciar "una transición" hacia la independencia "es el único camino que queda" tras "el fracaso del modelo autonómico", y ha recalcado que hoy en día la independencia "es un objetivo posible y más realista" que la reforma del marco institucional español, según informa Público.
El aldeano Puigcercós considera que la sentencia del Tribunal Constitucional es durísima y conculca derechos de los ciudadanos de Cataluñya.
Y eso, a pesar de que queda en vigor el término nación, a cuyo lado la aclaración de que su inclusión en el Preámbulo carece de eficacia jurídica interpretativa es agua de borrajas; y queda en vigor el uso del catalán como lengua principal, a cuyo lado la eliminación de la palabra "preferente" con respecto al catalán en las administraciones públicas no supone que no sea definida como la "normal". Y sigue siendo el catalán la llengua "vehicular" en la enseñanza a todos los niveles.
Es decir: que el Estatuto sigue siendo, tras el amortajamiento en el Tribunal Constitucional, exactamente igual de separatista que antes -cosa, por otro lado, que todos los que tenemos dos neuronas en uso ya sabíamos-, pero da un empujoncito más al separatismo, y ahí están las pretensiones de ERC, que -señala La Gaceta- propondrá una consulta soberanista en Cataluña para 2011, avanzándose tres años a la propuesta de Josep Lluís Carod Rovira de celebrar un referéndum independentista en 2014. Idea que no le resultará muy contraria al charnego Montilla, que se apresta -lo dice Minuto Digital- a sumarse a la marcha separatista tendrá como lema “Somos una nación. Nosotros decidimos”.
Total, y por resumir con bien altas y nobles palabras: la insolencia separatista crece. Y no se vislumbra solución, ni mucho menos.
Porque aquí pueden ocurrir dos cosas: que los aldeanos monten la cazurrada de costumbre, y pataleen -o coceen- como suelen, y el Gobierno trague -como acostumbra- y ambas bandas se atengan al famoso y bien contrastado principio de se acata pero no se cumple, y todo siga igual, tirando a peor, hasta un futuro de secesión a plazo indeterminado, pero próximo.
O que los cazurros se crezcan ante la mansedumbre zapateril, y repitan la patochada de Companys, y esta vez no encuenten un Gobierno capaz de aplicar la Constitución y, concretamente, su artículo 155, respaldado por el 8 caso de ser necesario, porque aquí ya no sólo se ha roto la fibra espiritual, sino que también han desaparecido las glándulas imprescindibles para hacer lo necesario.
Como ejemplo, las declaraciones del charnego Montilla que, en declaración institucional -recoge La Gaceta-, dijo que el estatuto "sigue vigente y ha sido declarado constitucional, al contrario de lo que consideró el PP al recurrirlo".
Es decir, que entiende el señor Montilla que el recurso de inconstitucionalidad -el del PP y el del Defensor del Pueblo, no lo olvidemos- han sido desestimados; a pesar de lo cual se ha mostrado "indignado" tras conocerse la sentencia del Tribunal Constitucional (...) y ha convocado a la ciudadanía a una manifestación unitaria en defensa del autogobierno catalán.
Por otra parte, los aldeanos más cazurros, -esto es los de ERC-, han afirmado en palabras de su paleto mayor, Joan Puigcercós, que iniciar "una transición" hacia la independencia "es el único camino que queda" tras "el fracaso del modelo autonómico", y ha recalcado que hoy en día la independencia "es un objetivo posible y más realista" que la reforma del marco institucional español, según informa Público.
El aldeano Puigcercós considera que la sentencia del Tribunal Constitucional es durísima y conculca derechos de los ciudadanos de Cataluñya.
Y eso, a pesar de que queda en vigor el término nación, a cuyo lado la aclaración de que su inclusión en el Preámbulo carece de eficacia jurídica interpretativa es agua de borrajas; y queda en vigor el uso del catalán como lengua principal, a cuyo lado la eliminación de la palabra "preferente" con respecto al catalán en las administraciones públicas no supone que no sea definida como la "normal". Y sigue siendo el catalán la llengua "vehicular" en la enseñanza a todos los niveles.
Es decir: que el Estatuto sigue siendo, tras el amortajamiento en el Tribunal Constitucional, exactamente igual de separatista que antes -cosa, por otro lado, que todos los que tenemos dos neuronas en uso ya sabíamos-, pero da un empujoncito más al separatismo, y ahí están las pretensiones de ERC, que -señala La Gaceta- propondrá una consulta soberanista en Cataluña para 2011, avanzándose tres años a la propuesta de Josep Lluís Carod Rovira de celebrar un referéndum independentista en 2014. Idea que no le resultará muy contraria al charnego Montilla, que se apresta -lo dice Minuto Digital- a sumarse a la marcha separatista tendrá como lema “Somos una nación. Nosotros decidimos”.
Total, y por resumir con bien altas y nobles palabras: la insolencia separatista crece. Y no se vislumbra solución, ni mucho menos.
Porque aquí pueden ocurrir dos cosas: que los aldeanos monten la cazurrada de costumbre, y pataleen -o coceen- como suelen, y el Gobierno trague -como acostumbra- y ambas bandas se atengan al famoso y bien contrastado principio de se acata pero no se cumple, y todo siga igual, tirando a peor, hasta un futuro de secesión a plazo indeterminado, pero próximo.
O que los cazurros se crezcan ante la mansedumbre zapateril, y repitan la patochada de Companys, y esta vez no encuenten un Gobierno capaz de aplicar la Constitución y, concretamente, su artículo 155, respaldado por el 8 caso de ser necesario, porque aquí ya no sólo se ha roto la fibra espiritual, sino que también han desaparecido las glándulas imprescindibles para hacer lo necesario.
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