«Me entristezco casi hasta las lágrimas por mi país, por
el corto entendimiento de sus directores y por la corrupción de los caracteres
(...). Veo muchas torpezas y mucha mezquindad, y ningunos hombres con capacidad
y grandeza suficientes para poder confiar en ellos (...). ¿Tendremos que
resignarnos a que España caiga en una política tabernaria, incompetente, de
amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea
alta?»
Manuel Azaña,
Diarios.
Sin comentarios por mi
parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario