Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 3 de febrero de 2011

A Dios.

Acaso porque ya llevo despedidos demasiados camaradas, no me salen las palabras cuando uno se marcha a la guardia sobre los luceros.
Ismael Medina, a quien sólo conocí por sus obras, como manda el Evangelio, fue maestro de periodismo y de gallardía para quienes de una u otra forma nos dedicamos a combatir con la palabra. Desde el viejo Alcázar de los años 70 y 80, hasta sus postreros artículos en Internet, nadie pudo jamás negarle una vastísima cultura y una erudición pasmosa, además de las razones -la razón-, que tantos compartíamos con él, pero que él hacía evidentes con la facilidad de los maestros.
Aquí les dejo con su despedida. Despedida de un hombre que no deja cuentas pendientes, que se dispone con buena fe y buen espíritu y buen ánimo. El espíritu de quien tiene la conciencia tranquila.
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A Dios

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Mar, 01/02/2011
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Ésta es la última columna de Corazón sin Coraza. La escribe mi hijo al dictado de mis emociones. Yo he de partir hacia un destino soñado: el del reencuentro con mis dos hijas, Miriám y Esther, y el amor de mi vida, Conchita. Ante eso ya no hay crisis, ni dislates políticos, disparates legislativos, incongruencias administrativas o francachelas mundanas que me retengan.
Me voy en paz con la vida, pues las satisfacciones y las alegrías pueden más que los embates del dolor, la incomprensión y las difíciles experiencias que ésta me ha deparado.
Creo honestamente que he sido consecuente con mis ideas y en todo momento sincero con mis lectores, a los que he ofrecido mi punto de vista sin otra pretensión que llevarles a la reflexión y ayudarles a decidir por sí mismos. He callado lo que pensaba que debía callar; y he dicho lo que creía que había que contar, siempre en posesión de información y nunca desde la especulación. La opinión debe construirse desde el conocimiento de los hechos comprobados y no de la rumorología y los cotilleos de salón. Y ello ha constituido siempre la base de mi independencia profesional, que creo haber mantenido hasta el final a pesar del excesivo coste personal que en ocasiones me he visto obligado a pagar.
Sé que en estos días se dirán muchas cosas de mí. Unas buenas y otras malas. No me preocupa. Nunca me ha preocupado. Siempre he pensado que es mejor no hacer caso, antes que iluminar a los ignorantes con la verdad. Allá ellos.
Me quedo con lo mejor, con la familia y los amigos, a los que tengo verdadera devoción. Porque, créanme, es lo que realmente merece la pena en la vida: el amor de los tuyos. Éste es el equipaje con el que emprendo mi último viaje hacia el reencuentro ya anunciado, embarcado en la fe de lo que me voy a encontrar. Lo único que siento es no poder volver a ocupar este espacio para contarles mi experiencia. No me queda otra que despedirme con un simple y entrañable A Dios.

Ismael Medina
http://www.elcorreodeburgos.com/articulos-de-opinion/2011-02-01/a-dios
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(Con mi agradecimiento a mi camarada 27 puntos, por ofrecer este último artículo de Ismael en su blog y ponerme sobre la pista)

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