Frase tomada como vulgar anécdota por los enterados de la prensa y la radio -televisión no veo-, pero que, a mi modesto modo de ver, representa muy bien lo que quiere Sánchez, lo que le importa y, -lo veremos si Dios no lo impide- lo que nos espera.
Léanlo, si gustan, en El Correo de Madrid.
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