Lo siento. Siento publicar aquí esto, porque es una crueldad. Nadie en el mundo merece un trato así; nadie, por horrible que sea su aspecto, debe recibir estos comentarios tan horribles.
Por eso lo traigo a este diario: para que todas las mujeres sepan que, por poco agraciadas que se consideren, nunca merecerán esta comparación.
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